Iron Man: ¿Marvel Begins?

Iron Man ha conseguido para las adaptaciones de la Marvel lo que Batman Begins consiguió para las de DC. Esto es crear un universo versemblante y coherente donde la figura del superhéroe sea creíble. Hasta el estreno de película de Nolan prácticamente ningún personaje había mostrado de una forma tan compleja y rigurosa el proceso que lleva a un ser humano a convertirse en un personaje de cómic (no debemos olvidar que está basado en el Año 1 de Frank Miller, obra capital del cómic americano). Y Jon Favreau, para tirar adelante su Iron Man, ha apostado por el mismo proceso dedicando gran parte del metraje a explicar quién es Stark, de dónde procede ese traje y por qué funciona como funciona.

Pero las similitudes entre Tony Stark y Bruce Wayne se limitan a que ámbos son tipos multimillonários capaces de pagarse los gadgets para hacer de superhéroe. A partir de ahí cada una de estas dos películas deriva hacia terrenos distintos.

Me gustaría hacer una distinción entre dos tipos de adaptaciones de cómics al cine: aunque sea caprichoso y arbitrário me gusta hablar de cintas de entretenimiento versus cintas con reflexión. A un lado tendríamos Los 4 Fantásticos, The Punisher, Daredevil, Elektra, los dos batman dirigidos por Joel Schumacher… y, al otro lado, Batman Begins, los Batman de Burton, los X-men (la tercera menos), algún capítulo de Spider-man, Hulk… Quizás, en vez de llamarlo reflexión deberíamos hablar de pretensiones ya que muchas veces el resultado de unas y otras no acaba de ser lo que esperábamos. Sea como sea, mientras estaba viendo Iron Man, se me ocurrió que es una película que debería estar justo en medio de esa balanza.

Toda la cinta de Iron Man tiene un toque mucho más desenfadado que muchas de las películas del lado sombrío pero incorpora, al mismo tiempo, algunos de los elementos morales de otras sagas. En ningún momento la cinta llega a ser demasiado oscura y Stark siempre tiene a punto un chascarrillo, una broma, una caida o un tropiezo. Toda la película se balancea de un lado al otro, mostrando primero un poco de emoción para después atacar con otro gag. Además, prácticamente toda la película renúncia a la música de orquestra en benefício de una simplón sonido de guitarras.

Por otro lado, la puesta en escena es realmente espectacular, el diseño es atractivo y cuenta con un montaje inteligente y atrevido. La máquina ideada por Stark es asombrosa y impresiona por su aspecto sólido y realista. Las escenas de acción son trepidantes y, lo que es más importante, inteligibles. El combate final entre las dos máquinas se entiende en todo momento a pesar de estar rodado de noche. Michael Bay debería tomar nota, ya que en Transformers (que está rodada de día) no se entiende nada. La interpretación de Robert Downey Jr. es (como siempre) excepcional. Siempre lo he defendido como un gran actor y me alegro por el buen momento que vive a nivel profesional. A pesar de su saber hacer como secundario ya echábamos de menos una interpretación en la que fuera él quien arrastrara todo el peso de la trama.

Iron Man es un gran trabajo, ganará dinero y satisfará a casi todos. Los niños se lo pasarán bomba y los padres también. Pero yo, personalmente, hecho de menos el tono oscuro de otras aproximaciones al cómic. Esta es una buena adaptación, pero podría haber sido una buena película más allá de su origen de tebeo. Y creo que no llega a serlo. Dentro de 5 años la veremos como la primera parte de una saga. Y punto.

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