Bones Brigade: An Autobiography

Parece que solo vuelvo al blog cuando veo documentales de monopatines. He desistido de llevar esto al día, pero de vez en cuando hay películas que me traen de nuevo. Películas como Bones Brigade me llevan a zappear por la red buscando fotos, artículos, vídeos, textos... Tienes ganas de hablar con alguien, hacerles partícipes de tu locura. Pero un documental sobre el skate en los 80 no es algo con lo que pueda hablar con mi mujer, mi hermana o mis amigos (sean o no cinéfilos). Y como no tengo un podcast, vuelvo a mi viejo blog.

I - La casualidad


En mi rutina habitual de crear listas de deseos en Icefilms (me paso horas haciendo eso), me encontré con el documental Bones Brigade: An Autobiography. No sabía que eso existiera, pero la portada me trasladó 20 años atrás en el tiempo.

Ese esqueleto ochentil es el logo de Powell-Peralta. Yo tuve un monopatín de esos, con los esqueletos en la parte de atrás. La misma empresa comercializaba unos vídeos de skate que corrían por mi barrio de mano en mano. Eran horribles. Tenían escenas en monopatín espectaculares, protagonizadas por el equipo Bones Brigade del título, pero luego se dedicaban a mostrar a los protagonistas tumbados en el sofá, disfrazándose o haciendo el idiota. Molaban pero no molaban. En esa época, nos flipaban películas como Trashin y Al filo del abismo. Ojeábamos revistas como Trasher y nos sonaban nombres de patinadores: Tommy Guerrero, Tony Alva, Natas Kaupas (Natascalpas decíamos)... Ese era nuestro pasatiempo. Por entonces no teníamos ni Internet ni nada. Nos aferrábamos a esa (poca) información, a la charla llena de datos equivocados y a nuestras tristes habilidades con el monopatín.

II - SALTO TEMPORAL: octubre 2014


Bones Brigade: An Autobiography es el background que hubiera necesitado hace 20 años. Cuando tenga acceso a una máquina del tiempo me enviaré esta peli a mi yo pasado. Tendré que grabarla en un VHS, claro.

Todos esos nombres que pronunciábamos mal, esas películas, esos vídeos casi amateur, mi tabla con esqueletos, las revistas, los nombres de cada truco que se hacía con una tabla... todo eso es obra del mismo grupo de chavales. El Bones Brigade amaestrado por Stacey Peralta y que convirtió el Skate en un negocio. Un pedazo de negocio si tenemos en cuenta que la onda expansiva llegó hasta mi barrio. Pero todo esto lo he descubierto hoy. Por eso llevo dos días mirando vídeos en Internet, tengo que reajustar mis recuerdos, como Ashton Kutcher en El efecto mariposa.

III - La película


Este documental complementa Dogtown and Z-Boys ya que sigue cronológicamente la cadena evolutiva del Skate en Estados Unidos. El primero hablaba de esos pioneros (Peralta, Adams, Alva) que durante los 70 convirtieron un juguete en un deporte. Y aquí vemos como ese deporte se convirtió en un negocio y en parte de la cultura popular norteamericana. ¿A alguien le suena el nombre de Tony Hawk?

Dogtown era un documental apto para todos los públicos, el segundo se dirige a un segmento mucho más concreto. Más friki. Bones Brigade ES Stacey Peralta entrevistando a los chavales y entrevistándose a si mismo. Usando jerga y dando por supuesto un montón de cosas. He leído por ahí reviews como la de Mike Scott, que se quejan de su tono "poco periodístico": "It's directed by team founder Stacy Peralta, so there's a certain lack of journalistic credibility there." Con todos los respetos, pero lleva AUTObiografía en el título. No sé qué esperaba el señor Scott.

Aunque es técnico, también es un film muy emocional. Los protagonistas relatan sus vivencias en aquella época, cuando el éxito y fama les sobrevino. Muchos de los skaters de la época se convirtieron en estrellas de rock. Con la consecuente entrada en un mundo de drogas, punk, sexo... y cárcel. Mientras las carreras de muchos se vieron truncadas por esa mala vida, los chavales de Bones Brigade, los chicos buenos, con su casco y ridículas protecciones, triunfaban y salían en las revistas.


Pero para ellos la presión era abrumadora. Todos sufrieron crisis personales por culpa de su profesión: Lance Mountain, hijo de una familia firmemente católica, era poco menos que un paleto de pueblo. Su técnica era más baja que el resto del equipo y eso le atormentaba. Aunque luego, tal y como muestra el documental, eso le hizo precisamente uno de los favoritos de los chavales. No podían alcanzar a Steve Caballero, pero podían ser como Lance.

Ya se ve que Rodney Mullen es un genio chalado. Tenía un don pero también un nivel de auto exigencia que casi acabó con él. Tony Hawk, el ganador, el héroe, la gran estrella... no podía contemplar la idea de perder una carrera. Al final, todos ellos, adolescentes, tuvieron que parar. Poner en perspectiva su situación y, por suerte, siguieron adelante. Otros cayeron por el camino. Que un chico de 15 años tenga que lidiar con esos problemas es duro. Y el documental lo muestra. Y lloran. Y se emocionan y resulta emotivo también para el espectador. No negaré que al director se le va la mano. Y cuando sale él mismo, resulta muy afectado. Pero bueno, se lo perdono.

IV - El legado


¿El objetivo de este documental? Sentar cátedra sobre el Skate, legitimarlo. Darle un cuerpo teórico para que no se le vuelva a confundir con un juguete o un pasatiempo y se tenga en cuenta su importancia a nivel deportivo, cultural y económico. Eso es lo que Stacey Peralta lleva haciendo toda su vida. Difundir el legado de sus chicos.

En uno de los momentos finales, Rodney Mullen sintetiza esto. Os dejo el vídeo al final pero, en resumen dice algo así:
"Veo esos libros llenos de polvo de las bibliotecas. Los hombres dejaron sus vidas para escribirlos, apoyándose en los hombros de antiguos genios. ¿Pero quién va a leerlos ahora? ¿Como afectará a la vida de las personas? Yo me siento muy afortunado. Ayudé a crear un vocabulario con el que la gente se comunica. Los patinadores usan esas expresiones y aparecen en el diccionario. Ayudé creando trucos y movimientos que otros llevarán aún más lejos. Lo que hicimos, ha tenido un significado."

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