Admito que soy de esos quien, a parte de decirlo, les gusta de verdad ver los documentales de la 2 (o del 33, o del National o de donde sea). Y los que dicen que ven la basura del corazón porque “no hacen nada por la tele” deberían probarlo.
Estos documentales suelen tratar temas variados, pero todos se concentran en tres grandes grupos: flora, fauna y clima. En este sentido, la película Tierra es, en definitiva, un recopilatorio de grandes éxitos. A lo largo de una hora y media vemos felinos, pájaros, tiburones, flores, tierra, bosques, viento, nieve... lo mejor y más espectacular que podemos encontrar bajo este genero audiovisual.
Quizá este mix de cosas y temas firmemente vertebrado por el tema del calentamiento global logre conciliar al gran público con los reportajes, pero no sé si agradará demasiado a quién ya los sigue asiduamente. Mi opinión es que Tierra se centra demasiado en las imágenes, en el aspecto visual, y deja a un lado la comprensión del comportamiento animal.
No nos engañemos, la película nos muestra planos nunca vistos antes del reino animal. Hay tres escenas que deberían pasar a la história no solo de los documentales, sinó del cine en general: la charca compartida entre leones y elefantes (y su posterior combate), el largo plano del guepardo en pos de su presa y la desesperación del oso polar en busca de comida. Emocionan y consiguen ser un poderoso toque de atención que defiende la tésis central de todo el relato: aunque los humanos nos creamos el centro del mundo, quien realmente se verá perjudicado por el calentamiento del planeta, quién se juega la vida, son los animales, no nosotros.
No quiero restar mérito a este documental. Verlo en DVD es divertido y en pantalla grande debía ser espectacular. Tiene una calidad técnica deslumbrante pero, como decía, a costa de sacrificar un trabajo de documentación más exhaustivo. Algunos planos sirven únicamente para poder decir “Oooooh” y no aportan nada a la historia. El caso más escandaloso es el del tiburón blanco, que solo aparece en dos planos.
En definitiva, creo que Tierra sabe aprovechar su condición de relato echo a base de retazos de otros relatos. Ninguna de las historias tiene suficiente entereza para sostenerse por si sola y por eso debe apoyarse en sucesivas subtramas paralelas. Al final todo funciona correctamente y podemos asistir a un espectáculo un tanto vacío pero digno, que no insulta al espectador al intentar humanizar a los personajes animales como sí que sucede con ciertos documentales de osos o pingüinos que hemos podido ver últimamente en nuestras salas. Y sí, el mensaje es redundante y nos lo machacan desde el primer plano hasta el último, pero no olvidemos que Tierra forma parte del interesante proyecto Love Earth y que en ningún momento se esconde de ello. Todo lo contrario.
Estos documentales suelen tratar temas variados, pero todos se concentran en tres grandes grupos: flora, fauna y clima. En este sentido, la película Tierra es, en definitiva, un recopilatorio de grandes éxitos. A lo largo de una hora y media vemos felinos, pájaros, tiburones, flores, tierra, bosques, viento, nieve... lo mejor y más espectacular que podemos encontrar bajo este genero audiovisual.
Quizá este mix de cosas y temas firmemente vertebrado por el tema del calentamiento global logre conciliar al gran público con los reportajes, pero no sé si agradará demasiado a quién ya los sigue asiduamente. Mi opinión es que Tierra se centra demasiado en las imágenes, en el aspecto visual, y deja a un lado la comprensión del comportamiento animal.
No nos engañemos, la película nos muestra planos nunca vistos antes del reino animal. Hay tres escenas que deberían pasar a la história no solo de los documentales, sinó del cine en general: la charca compartida entre leones y elefantes (y su posterior combate), el largo plano del guepardo en pos de su presa y la desesperación del oso polar en busca de comida. Emocionan y consiguen ser un poderoso toque de atención que defiende la tésis central de todo el relato: aunque los humanos nos creamos el centro del mundo, quien realmente se verá perjudicado por el calentamiento del planeta, quién se juega la vida, son los animales, no nosotros.
No quiero restar mérito a este documental. Verlo en DVD es divertido y en pantalla grande debía ser espectacular. Tiene una calidad técnica deslumbrante pero, como decía, a costa de sacrificar un trabajo de documentación más exhaustivo. Algunos planos sirven únicamente para poder decir “Oooooh” y no aportan nada a la historia. El caso más escandaloso es el del tiburón blanco, que solo aparece en dos planos.
En definitiva, creo que Tierra sabe aprovechar su condición de relato echo a base de retazos de otros relatos. Ninguna de las historias tiene suficiente entereza para sostenerse por si sola y por eso debe apoyarse en sucesivas subtramas paralelas. Al final todo funciona correctamente y podemos asistir a un espectáculo un tanto vacío pero digno, que no insulta al espectador al intentar humanizar a los personajes animales como sí que sucede con ciertos documentales de osos o pingüinos que hemos podido ver últimamente en nuestras salas. Y sí, el mensaje es redundante y nos lo machacan desde el primer plano hasta el último, pero no olvidemos que Tierra forma parte del interesante proyecto Love Earth y que en ningún momento se esconde de ello. Todo lo contrario.
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