'Supersalidos' y 'Lío embarazoso'. Nuevos aires para la comedia

Viendo el gran volumen de basura que llega a nuestras pantallas semana tras semana en formato de comedia, cuesta creer que tras títulos como Supersalidos y Lío embarazoso (culpa también de nuestro folclórico doblaje) se esconda un personaje que lleva más de 16 años dedicado a esto de hacer reír y dos de las mejores películas de humor de la década. No exagero, creo que después de la saga Austin Powers (sobretodo las dos primeras), nadie había conseguido tanto con, aparentemente, tan poco. Bueno, vale, aunque me pese debo admitir que Algo Pasa con Mary también es buena.

Virgen a los 40, la anterior película de Apatow, no estaba mal pero no era más que un borrador de lo que después llegaría. Partiendo de dos de los subgéneros más trillados del cine (las comedias de adolescentes y de relaciones de pareja) el director y guionista de Lío embarazoso y productor de Supersalidos consigue no solo que reverdezcan nuevos brotes en medio de tanta sequía, si no también alcanzar un discurso más elevado de lo que cabría esperar de cintas donde las palabras Porro o Polla o Follar tienen una importancia central dentro de la trama.

Seguro que muchos no querrán darme la razón, pero opino que tanto Supersalidos como Lío embarazoso, tras su fachada de disparatadas comedias de mamporros y palabrotas, esconden un realista reflejo del sentimiento de muchos jóvenes y adolescentes de la sociedad actual. American Pie intentaba transmitir al público lo que suponía ser un quinceañero hiperormonado, pero era pura ciencia ficción. Supersalidos consigue evocar, de forma magistral, una época por la que todos hemos pasado y, además, lo hace sinceramente, sin artificios ni clichés. Es cierto que se centra en la vida de tres chavales norteamericanos y que sus desventuras no admitirían ni siquiera el rango de leyendas urbanas, pero llevan consigo un halo de verdad indiscutible que puede emocionarnos también aquí.

Por lo que respecta a Lío Embarazoso, me parece ejemplar como, a partir la clásica estructura de chico-conoce-chica, se pueden articular una infinidad de chistes y bromas tan absurdas como efectivas. Uno de los momentos que demuestran que estamos ante un guión de hierro es cuando el protagonista repite el chiste de otro de los personajes. Si la primera vez pasa casi desapercibido, el hecho de repetirlo le da un toque especial a toda la escena que nadie había sabido encontrar aún en una comedia de este tipo. Además, por primera vez, las relaciones entre los personajes parecen reales. Los diálogos suenan a la jerga de la calle del siglo XXI y no a esa extraña mezcla entre un manual de buenos modales y un diccionario de palabrotas a la que nos había acostumbrado la comedia de los últimos años.

No nos engañemos. Pese a ser groseras y absurdas, estas dos películasestán a la altura de Juno en lo que se refiere al retrato de los sentimientos de sus personajes. Y esta vez sin guiones pretenciosos ni rimbombantes. Simplemente con un relato directo, sincero y provocador. Mis felicitaciones a Apatow y a toda su tropa. Desde hoy soy un fan. Solo espero que su futura carrera se encamine mejor que la de los Farrelly, esos supuestos genios de la comedia moderna tan y tan sobrevalorados.

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