'SERPICO'

Suena bien: Sérpico. Seguramente si hoy se rodara la misma película tendría un nombre tan descacharrante como El precio de la honestidad, El lado oscuro de la ley o algo así. Por suerte, este magistral thriller de Sydney Lumet se rodó en 1974 y por eso tiene un título lógico.

Frank Sérpico fue un agente de policia de Nueva York que, en 1971 se atrevió a denunciar la corrupción que existía en dicho cuerpo. Después de aquello, y tras ver peligrar su vida, colgó el uniforme y se marchó a Suiza. De hecho, ahí termina la película pero el auténtico Sérpico volvió y actualmente incluso regenta un blog en Internet.

Y tan solo tres años después de esos hechos (no sólo ahora existe el oportunismo), se rodó esta película que cuenta con la interpretación de Al Pacino como máximo atractivo en la que fue su sexta interpretación según IMDB. Opino que, pese a la tendéncia de Pacino a la sobreactuación, este es uno de sus mejores trabajos. Evidentemente hay estallidos en donde grita, berrea, salta y golpea el suelo casi tanto como en Pactar con el diablo, pero estos momentos son contados y se acumulan en el tramo final de la cinta. Hasta llegar a ese punto su interpretación es contenida y va acumulando una tensión que consigue captar la atención del espectador hasta el final superando así la reiterativa estructura de la trama.

La presencia de Pacino, que muta constantemente su aspecto físico, es omnipresente. El actor aparece en prácticamente todos los planos de la cinta y es la única fuente de información del espectador. Apenas un par de secuencias (“adivina a quién han disparado”) suceden a sus espaldas. Esto hace que su personaje sea alguien muy próximo pero no por eso más agradable. El guión está basado en la novela que Peter Maas publicó sobre el policía y está cargado de matices que hacen de Sérpico alguien tan admirable por su honestidad como detestable por su tendencia a la autodestrucción y al ostracismo.

A menudo se habla de Lumet como uno de los máximos exponentes del thriller de los 70 y esta película es canónica en ese aspecto. Tiene la textura terrosa y áspera própia de la época y los colores apagados no dejan lugar al espectáculo. Sérpico cuenta con más de 100 localizaciones reales en Nueva York, pero todas tienen un mismo tono sucio y polvoriento que oprime a los personajes. La fotografía quemada hace que el cielo parezca pálido, acrecentando así la sensación de pesadumbre urbana. En contraste, la casa de Frank Sérpico es blanca y parece estar en contacto con la naturaleza, recuperando parte del legado de sus antepasados (“toda una saga de propietarios de perros ovejeros”).

Es en este contexto donde Lumet sitúa una terrible história de corrupción y de ilegalidad. Sin recurrir al espectáculo fácil (prácicamente toda la película es hablada), la trama muestra una espiral sin fin de la que parece imposible salir con vida. Cada paso que el agente da para salir de un ambiente corrupto le conduce a otro aún peor. Cada comisaria, cada distrito, cada nuevo rango es peor y el soborno se hace más generalizado. Es un discurso sin duda pesimista que muestra un grupo de políticos demasiado preocupados por sus votos y por su integridad pública como para dar apoyo a una causa tan peligrosa.

Sérpico es una película muy recomendable y opino que ofrece, junto con El padrino parte 2, una de las mejores interpretaciones de su actor. Tiene un ritmo envidiable y un guión magnífico. La conversión a DVD también es buena y consigue limpiar el viejo polvo de la cinta sin perder por ello su presencia física, casi táctil.

1 comentario :

  1. si aceptas una crítica, son muy largas pero supongo que para la gente que le gusta/apasiona el cine tanto como a tí es perfecta. Esta para mí era demasiado técnica y solo he leido hasta la mitad, me sap greu...
    Luego me explicas como acaba, ok?
    besitos.

    Tu comentarista.

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