El retorno (y de Bond también)

Buff, tres semanas hacía ya que no publicaba. Imperdonable. A ver si le vuelvo a coger el tranquillo a esto. Y para empezar: Quantum of Solace

Esta nueva entrega de la saga Bond (ya van 22) no acaba de funcionar como todos esperábamos. Es la segunda decepción del año después de Indiana Jones y, aunque en esta ocasión el porrazo no ha sido tan impresionante, sí que nos ha pelado las rodillas y el desengaño nos ha hecho saltar alguna lágrima.

La continuación directa de la excelente Casino Royale, no tiene el empuje, la inventiva ni el vigor de la anterior. No quiero decir con esto que la culpa de su falta de originalidad sea su condición de secuela (la primera de la serie, por cierto). Las continuaciones de El Caso Bourne, película que ha inspirado el giro realista de este James Bond / Daniel Craig, son mucho mejores que la original. Cada nuevo capítulo aportaba cosas nuevas a la saga, cada una reinventaba de nuevo el formato y en síntesis, sí, cada una era mejor que la anterior.

Aquí no es sólo la falta de sorpresas aquello que hace tambalear la cinta, sino también la falta de emoción en las escenas de acción que hacen de la cinta un montón de pasajes ruidosos, rodados con mucha cabeza (el director es el gran Marc Forster) pero montadas sin pies ni cabeza. Es imposible entender qué pasa. Bond y el malo de turno se pegan y se disparan pero gracias a la edición pasada de vueltas, ecléctica, epiléptica no sabemos quién está zurrando a quién. Eso es un problema endémico del cine de acción actual pero sorpresas como El increíble Hulk demostraban que todavía se podían hacer luchas inteligibles sin perder por ello la emoción. Curiosamente, lo que mejor funciona de Quantum son las escenas en que no luchan.

En mi opinión, Quantum of Solace arranca mal y acaba peor. No seré tan destructivo como mi admirado Àlex Gorina: opino que es bueno que el cine de acción actual (The Dark Knight y este Bond) vire hacia un tono sombrío y mucho menos divertido. Quizás tenga razón con que "ya no se trata de Bond" pero, con todos mis respetos, Bond era un rollo. Ya era hora de que cambiara.

La película no es mala pero sí resulta aburrida y repetitiva. Tiene escenas maravillosas, planos impresionantes (sobre todo los del desierto) pero no tiene un núcleo duro que la haga funcionar como un solo organismo. Es demasiado hiperbólica y dispersa y, al final, a pesar de ser corta, resulta farragosa y terriblemente larga. Admiro algunas soluciones inspiradísimas del director (el desenlace del duelo de lanchas y la caída sin paracaídas) y la interpretación de Craig es soberbia. Al otro lado tenemos unas mujer tan florero como siempre y un doblaje pésimo (ya sé que esto no es culpa de Forster). Me da miedo pensar que Casino Royale pueda convertirse en un oasis en medio del aburrido mundillo Bond i que ahora tengamos que volver a los (horribles) clichés de la saga. Yo apuesto por Craig y por el tono sombrío de la saga. Apuesto por seguir por ahí y rectificar ahí donde Quantum se ha estrellado. ¿Para cuando otra nueva entrega?

Lo mejor: los planos en el desierto
Lo peor: el doblaje español, vergonzoso


1 comentario :

  1. Esa nueva entrega (que vendrá, ¡vaya si vendrá!) será la que demostrará si Daniel Craig cuaja como Bond... Tienes toda la razón en que esta segunda, sin cargársela, ha abierto demasiados interrogantes.

    Un saludo!

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