Pese a que hace tiempo que no se nada de Lope Serrano, mi profesor de Crítica Cinematográfica durante mi época en la UAB, estoy casi seguro de que no aprueba el artificioso y exageradamente trabajado guión de Juno. No porqué sea malo, sino por poner en boca de una niña frases tan rimbombantes y que parecen escritas con tiralíneas. En algunas ocasiones he coincido con él en ese aspecto (Crash, de Haggis, es el ejemplo clásico) pero en este caso, no acabo de estar de acuerdo.
Creo que si el objetivo de Juno fuera el de realizar un retrato social serio y profundo sobre el embarazo infantil, el tono de la película y su guión Sí serían un problema. Pero durante todo el metraje, lo que me llegó fue el aspecto y forma de una comedieta sin demasiadas pretensiones. Esto me permitió conectar con la cinta y pasar por alto (e incluso celebrar) lo ficticio de sus diálogos.
Juno es una buena película. No debemos darle la espalda porque caiga en las mismas situaciones que el resto de cine para adolescentes americano ni por su buena carrera comercial. El principal problema de muchos espectadores y críticos ante esta película, como pasó con Crash (volvamos al ejemplo) es su éxito en los Oscar (aunque únicamente sea con sus nominaciones y un guión). Quizá sea verdad que su entrada en las seleccionadas como mejor película, guión y ¡¿Mejor Actriz!? sea solo para rendir pleitesía a su éxito económico pero eso no le quita mérito a la cinta.
Creo que debemos ser capaces de mirar Juno sin prejuicios para encontrar algunas buenas escenas y un conjunto más que digno. Además, la banda sonora es fantástica y el retrato de personajes es también notable (a mi me encanta el chico). No quiero alargarme más, solo quería dejar constancia de que, a pesar de mi tendencia a machacar todas las películas, Juno me gustó. Lo admito. ¡Y hasta el cartel es bueno!
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