Transformers: casi pero no

Si alguien indicara a Michael Bay como está aparcando sus Transformers, seria algo así: “vale, vas bien, perfecto, tira tira, vale, bien, muy bien, rectifica, rectifica... ¡rectifica que te vas!, te vas, rectifica, ¡cuidado!, frena, frena ¡¡para!!... mierda”.

Exacto. La película empieza (sorprendentemente) muy bien. A pesar del nivel cero de originalidad del ataque militar, los personajes son simpáticos y el ritmo del arranque es divertidísimo. Shia Lebouf es un actorazo y da el pego como chaval más o menos inadaptado. Todo el tramo del robo del coche y las primeras escenas de la llegada de los robots son espectaculares y pasan de maravilla. En definitiva, se nota que hay alguien detrás escribiendo un buen guión.

Pero, lamentablemente, todo se va al traste a partir de la escena de ocultación en el jardín. Desde ese momento y hasta el final todo se vuelve absurdo y ruidoso. No cabe duda que los efectos especiales son un 10. Aún no entiendo como los exagerados y plasticosos entornos digitales de La Brujula Dorada pudieron arrebatarle el Oscar a esta perfecta fusión ente el entorno real y el ficticio. Entonces, qué es lo que hace de Transformers una película mala o, por lo menos, una película normalilla? Su desmesura absoluta.

La película dura más de dos horas y, hacia el final, estamos tan saturados de golpes, chistes malos, destrucción, explosiones y ruido, que llega un momento en que es imposible seguir el hilo de lo que nos cuentan. Además el director (no esperábamos menos) abusa de un montaje fragmentado y nervioso, que no deja ver que diablos está pasando durante las batallas.

Al día siguiente volví a ver algunos fragmentos de los combates y me parecieron estimulantes y atractivos. Pero es solo por separado que funcionan. Como conjunto, la película es excesivamente larga y, hacia el final, solo se sostiene por la acción mientras la trama queda relegada a un segundo plano.

En más de una ocasión me dio la impresión que Bay intentaba imitar a James Cameron y su canónica Terminator 2. El tono de la lucha callejera y la persecución automovilística recuerdan a las de la película de Schwarzenegger. También el ‘personaje’ de Bumblebee asume un rol similar al del T-800 como amigo/protector pero al final Bay no consigue llegar al sentimiento auténtico que sí que conseguía Cameron en la escena del horno en T-2.

En definitiva, debo decir que Transformers me sorprendió en un primer tramo, pero la calidad de la trama y el trabajo de personajes se esfuma demasiado pronto y el resultado final es un caprichoso y extremo trabajo de estilo. Lástima. Quizás Bay debería haber frenado el ritmo en algunos momentos en vez de aumentar exponencialmente la tensión en cada escena. La sensación que queda es la de una brutal montaña rusa en la que, al bajar, resulta imposible saber qué ha sucedido durante el viaje.

Y ya para acabar, ¿soy el único a quien le parece perversa la escena en que el chico y la chica se pegan el lote encima del coche mientras los otros Autobots miran?

1 comentario :

  1. me encanta como escribes, quizá no soy muy objetiva pero es que me quedo embobada leyendo tus críticas, aunque sean de cine..
    tu fiel admiradora...

    ResponderEliminar

Últimos Posts