'Días de Trueno': Más Potencia

Otra vez pasan Días de Trueno por la tele y otra vez me la trago (y la grabo). Esta película es magnífica y, por más que la mire, soy incapaz de encontrarle errores. Es cine-espectáculo del bueno, de ese que te hace vibrar y que te sacude gracias a su factura técnica y que no abusa de momentos sonrojantes que parecen escritos por idiotas.

Es verdad que después de tantas veces, algunas escenas pierden interés (el no-streaptease, la confesión de Harry, el debate sobre correr o no correr). Eso se debe, principalmente, a lo manido de las situaciones y a que esas escenas sirven solo para dotar a la película de algo más que ruido y velocidad. A su director le trae sin cuidado todo esto. Siempre he pensado que Tony Scott (y quizás Ridley También) sería feliz rodando maquinária. Sin historia, sin sentimientos, sin coartadas. Simplemente movimiento y choques sin otra interrupción que el sonido metálico de fondo. Lo que de verdad importa en Días de Trueno, para lo que hemos venido, es para ver coches rodando por las pistas de la Nascar y su aspecto visual es hoy tan impresionante como hace 18 años.

Tony Scott y el productor Jerry Bruckheimer (este último aún junto a Don Simpson) rodaron aquí su obra maestra. Una filigrana audiovisual donde aún estaban justificados el montaje fragmentado y acelerado, los virajes de los colores, los cambios de texturas... marcas de fábrica interesantes pero que ambos han acabado por quemar en películas absurdamente indigestas (sin lugar a dudas, la peor es Dominó).

A nivel dramático, la película es totalmente plana pero consigue salvarse gracias a unas interpretaciones sorprendentes. Michael Rooker, hoy en horas más que bajas, estaba aquí en su mejor momento; Cruise, mucho más humilde que en la actualidad, resultaba la mar de creíble y Nicole Kidman (aún un poco verde), empezaba a dar muestras de lo que llegaría a ser. Robert Duvall, como siempre, se come la pantalla cada vez que aparece y Cari Elwes construyó aquí uno de sus característicos personajes repelentes que tanto nos gustan.

En definitiva, Días de Trueno, es una de esas cintas que conviene revisitar de vez en cuando para reconciliarse con el cine comercial.


Lo mejor: el duelo urbano entre Trickle y Burns
Lo peor: las escenas sin carreras

1 comentario :

  1. Holas !!

    Otra peli antigua que no vi y tendré que ver algún día.
    Tu blog a mis favoritos, me gusta como explicas las pelis y además...el cine es mi pasión.
    Saludos.

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